viernes, 12 de octubre de 2012

I

"Hoy he tenido mi primer orgasmo. Bueno, lo tuve hace unas horas, sobre las dos de la madrugada, pero eso cuenta como hoy, ¿no es así? No sé quién inventó eso de que a de las doce de la noche estábamos en el día siguiente, si no cambia nada desde las 11:59 a las 12:00. Es como si sólo hubieran hecho eso por joder. Para hacerte pensar que ya estás en el día siguiente y ni siquiera estás tumbado en la cama. Que cada vez queda menos.
En fin, que ayer tuve un orgasmo. Al menos eso creo. O eso me dijo él. Él sabrá, que ha estado con más mujeres que yo. Aunque fue extraño. El climax no fue momentáneo, de hecho creo que me quedé en la cumbre un par de minutos y luego bajé durante treinta segundos y me choqué. Me sentí mareada. "Eso, Eva, es un orgasmo." "¿En serio? Una vez casi me corro y no era así."
Os sonará raro, pero habiéndome acostado con unos 18 tíos, nunca tuve un orgasmo. Sí, triste pero cierto. De alguna forma he estado buscando al chico "ideal". Con ideal no me refiero a un chico atento, divertido, cariñoso, y todas esas cosas que absolutamente todas las chicas del mundo están buscando, ya que para mí seguro que de esos no quedan –pues escasean–. El que me hiciera eyacular de una jodida vez era mi hombre ideal. Algunos piensan que soy una fresca, pero entendedme. Necesitaba sentir un maldito orgasmo. Desprenderme de todo. Crear una complicidad igualitaria. Y con ningún tío llegó a funcionar. Yo siempre quería más, y mi compañero sexual no. O no lo conseguía y me dejaba la vagina ardiendo. Qué dolor, por cierto. Qué brutos.
Con 19 años, mi primer orgasmo. Madre mía, y hay algunas que ya lo tienen con 13. ¿Y ahora qué? ¿Le pido que se case conmigo? No sé qué hacer si él es el único que puede satisfacer mis necesidades. Le puedo contratar como mi compañero sexual toda mi vida. Aunque queda un poco burocrático. Supongo que lo que surja. Ah no, porque le surgirá una novia. No es justo. Tendré que buscar a alguno que me llegue a conocer como me conoce él.
Él no es mi novio, en absoluto. Pero es especial. No sólo sexualmente, si no también emocionalmente. Lo que se llama un follamigo. Es guay, funciona. Es el único follamigo con el que he durado tanto. Curioso, ya que fue el único y primer tío del que me enamoré. Pero eso ya son cosas pasadas. Soy un ser humano inerte, asensible, distante. Ya descubrí lo que es el –des–amor, y no quiero pasar otra vez por lo mismo, al menos de momento.
Ya no le veo de la manera en el que le veía hace 4 años. Ya sabéis, era joven e insegura.
Pero ayer, o hoy, me hizo correrme. Acabé agotada. Tengo que acostumbrarme a recuperarme tras ese desfile de sensaciones a la velocidad de Ussain Bolt.
Ya era hora, porque él me conoce como nadie. Él sabe lo que me excita, lo que me gusta, y lo que me corta el rollo. Sabe en qué momento tiene que hacer o dejar de hacer, o dejarse hacer."
[...]